La formación profesional y el empleo

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Hoy, los medios de comunicación –que están cada vez más interconectados, diversificados, abiertos y a disposición de todos– han afianzado la cultura de la virtualidad y han transformado nuestras vidas.

Y qué duda cabe de que esta transformación se ha visto acelerada tras la pandemia de la COVID-19, que retó a las empresas y entidades gubernamentales a mantener sus actividades en medio de medidas que restringieron el contacto físico entre las personas para contener la explosiva propagación del virus.

La conexión instantánea y permanente, a través del correo electrónico, las redes sociales y otras innovadoras tecnologías basadas en la Internet, marca la pauta de la evolución del modo de vida y de relacionarnos en sociedad. La tecnología digital permite a las empresas aumentar o reducir su escala de producción rápidamente al borrar las fronteras entre ellas y desafiar los patrones de producción tradicionales.

Los nuevos modelos de negocios basados en plataformas digitales están evolucionando desde su condición de compañías emergentes locales hasta convertirse en gigantes mundiales, a menudo con pocos empleados o activos tangibles. Las personas y las empresas solo necesitan una conexión de banda ancha para intercambiar bienes y servicios.

De otro lado, las empresas contratan trabajadores en un lugar para producir partes de sus productos, en otro para ensamblarlas y en uno más para vender el producto final, creando oportunidades para todos los participantes. 

En Latinoamérica, según un informe de la OIT, a inicios de 2021 el número de plataformas digitales de trabajo aumentó 14 veces en una década, por lo cual la institución resalta la necesidad de aprovechar las oportunidades de empleo y negocios que ofrece este sector.

“Los nuevos modelos de negocios basados en plataformas digitales están evolucionando desde su condición de compañías emergentes locales hasta convertirse en gigantes mundiales, a menudo con pocos empleados o activos tangibles”.

La OIT considera que las políticas de teletrabajo son esenciales ante eventos imprevistos: un fenómeno meteorológico, actos de terrorismo o, tal como sucedió en marzo de 2020, la llegada de una pandemia. Dos años después de la veloz instauración del teletrabajo en el mundo, ¿qué es lo aprendido? Estudios de la OIT sostienen que factores como la estructura económica y ocupacional, el acceso a internet de banda ancha, y la probabilidad de que las personas posean una computadora personal, son determinantes para trabajar desde el hogar.

La tecnología está transformando, asimismo, las condiciones laborales. En vez de los contratos a largo plazo, las tecnologías digitales permiten trabajos a corto plazo mediante plataformas de trabajo en línea. Estos son más accesibles y ofrecen más flexibilidad gracias a la infraestructura digital disponible que crea condiciones propicias en las que los servicios a demanda pueden prosperar.

A la luz de la experiencia vivida con la crisis de la COVID-19, los viejos empleos y los nuevos empleos vienen demandando un vertiginoso proceso de adaptación a la tecnología y la innovación constante. Los nuevos empleos exigen a los trabajadores el aprendizaje y dominio de operaciones a través de plataformas electrónicas y una mayor dedicación de su tiempo a tareas más complejas y difíciles de automatizar, y que complementan las tareas que realizan las máquinas. Dichas tareas requieren de habilidades cognitivas o analíticas (como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas) y de habilidades interpersonales (como el trabajo en equipo, la negociación y la gestión).

Tomado del libro “Educación con futuro. Libertad y valores”, de Raúl Diez Canseco.

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