Derribar muros construyendo puentes

artículo opinión Raúl Diez Canseco Diario Expreso 23 agosto

Por: Raúl Diez Canseco Terry. Artículo de opinión para el Diario Expreso

El tiempo sigue pasando sin que los peruanos seamos capaces de encontrar una solución a la tremenda crisis política que nos agobia. En estos últimos días he visitado algunas instituciones públicas y privadas, y en los funcionarios y directivos con quienes he conversado he encontrado desolación, tristeza, preocupación y muchos sueños frustrados.

Siento que en el fondo lo que estas personas quieren, al igual que la mayoría de los peruanos, es que esto termine de una buena vez. Que termine el enfrentamiento, el odio, la rivalidad, la venganza.

Lo que debemos tener claro es que no hay manera de voltear la página si no dejamos que la justicia haga su trabajo y que el Congreso también haga lo suyo concretando las reformas políticas que necesitamos para evitar el error de caer en la polarización de la que no podemos salir.

No hay forma de que el Perú avance con firmeza al desarrollo con una sociedad y un gobierno que se desintegran producto de la corrupción. Hemos perdido la confianza.  Y sin confianza es imposible que venga la inversión.

Tenemos que entender los peruanos que el único motor de desarrollo que tiene una nación es la inversión privada, la gestión privada, el emprendimiento, y que no se confunda el tema privado con las élites empresariales.

Privado es el emolientero, el ambulante, el vendedor de los mercados, el que tiene su bodega. Privados, en suma, somos todos los que tenemos iniciativa y la usamos en función de nuestra libertad. Sin libertad no hay iniciativa privada y, por ende, se traba el principal motor del desarrollo.

Sin mercado no hay a quien venderle. Pregúntenle a la gente de Gamarra, del Parque Industrial de Villa El Salvador, de los talleres de San Juan de Lurigancho si no quieren ampliar sus mercados. Sin políticas estables la economía no se mueve. Por eso es por lo que la inestabilidad política le hace daño a la economía, porque aleja e inhibe a los actores que generan crecimiento.

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Igual o peor daño le hace la corrupción. Lo que vivimos a nivel nacional, hay que reconocerlo, lo viven a diario en el interior del país. Hasta abril de este año se transfirió a las regiones más de 3 761 millones de soles por canon y regalías mineras. ¿Dónde está ese dinero? ¿Por qué no se siente en las provincias y regiones? Ineficiencia pública y corrupción es un combinación letal para los más pobres.

La corrupción enquistada en la gestión pública o privada es como el cáncer: si no extirpamos el tumor que nos está matando se extenderá por todas las instituciones, como lo hace en el cuerpo humano, y llegará un momento en el que será demasiado tarde para poder revertir sus consecuencias; las primeras de las cuales ya vivimos en el país.

Me considero una persona optimista, pero entiendo que se levanta un muro que con seguridad derribaremos. Pero recordemos que para derribar muros primero hay que tender puentes. Dejemos de ser pasivos y pasemos a la acción, cada uno en su propia trinchera. Empecemos por convencer a los actores más importantes en esta lucha: los jóvenes. La democracia y la libertad están en peligro. El Perú depende, otra vez, de ellos.

* Ex primer vicepresidente del Perú.

Fuente: Diario Expreso, sección Opinión, martes 23 de agosto de 2022

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