La revolución habitacional: Vivienda para todos

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A fin de promover el acceso de la población peruana a una vivienda digna, el 5 de abril de 2002 se lanzó el Plan Nacional Vivienda para Todos, como resultado de una alianza del Gobierno con el sector privado y, fundamentalmente, la participación del sistema financiero en el nuevo enfoque de política de vivienda.

Fue un hueso duro de roer. Los banqueros, los máximos representantes del sistema, no estaban del todo convencidos del nuevo enfoque que se pretendía implementar. Recuerdo la reunión de trabajo que presidí en uno de los salones de Palacio de Gobierno con los máximos representantes del sector financiero. Tal vez duro, o tal vez enérgico, no lo sé. Pero fui claro en expresarles que si ellos no estaban dispuestos a facilitar el uso de los fondos que el Estado tenía depositados en las bóvedas de bancos, financieras, cajas municipales, entre otros, sería el mismo Estado quien lo haría mediante la creación de un banco hipotecario.

La reacción no se hizo esperar y pronto parte de los 560 millones de dólares del programa “Vivienda para todos” circularían en créditos hipotecarios para casas de interés social por 21 entidades financieras a nivel nacional.

El Programa Mi Vivienda fue uno de los componentes principales del Plan que consistió en proveer de recursos a las instituciones financieras para que éstas otorguen créditos hipotecarios a quienes deseen adquirir una vivienda nueva siempre que el precio de venta no exceda las 35 UIT (US$ 31.500).

Mi Vivienda no construye ni vende viviendas. El Estado, a través de Mi Vivienda, promueve y orienta la oferta y demanda de viviendas; pero es el sector privado quien diseña, financia, ejecuta y comercializa los proyectos habitacionales.

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A fin de destugurizar y renovar la zona urbana de nuestra capital se ejecutó el Plan Piloto Martinetti en Barrios Altos. Este proyecto forma parte del gran proyecto de recuperación y puesta en valor de la cuenca del río Rímac. En esta zona se construyeron 400 viviendas unifamiliares con un costo de US$ 6 mil por vivienda, las mismas que tienen un área final de 52 metros cuadrados, en edificios de dos o tres pisos, constituyéndose en un nuevo producto inmobiliario para las clases populares D y E. Este proyecto se replicó a nivel nacional en Arequipa, Trujillo, Tacna, Iquitos, Chimbote y Huancayo.

El Programa Techo Propio fue creado en septiembre de 2002. Techo Propio promueve, facilita y establece el mecanismo adecuado y transparente que permitan el acceso de los sectores populares a una vivienda digna, en concordancia con sus posibilidades económicas.

El Fondo Hipotecario de Promoción de la Vivienda (Fondo MI Vivienda) y el Banco de Materiales (Banmat) participan en la ejecución del proyecto Techo Propio, ejecutando las acciones administrativas y presupuestarias necesarias para el logro de sus objetivos, conforme a las normas que las regulan. En consecuencia, están facultados para efectuar los gastos correspondientes a la promoción, dentro del marco de sus atribuciones. Las citadas entidades, participan en el proyecto utilizando exclusivamente sus unidades orgánicas.

La administración de los fondos de Techo Propio está a cargo del Fondo Hipotecario de Promoción de la Vivienda. El programa está orientado a solucionar el problema de vivienda de las familias peruanas con menores recursos para que puedan tener una vivienda digna, que cuente con los principales servicios de electricidad, agua, desagüe, pistas y veredas. Los precios de venta de las viviendas para este financiamiento no deben exceder los US$ 12.000.

Lo que se logró a partir de la implementación de la nueva política de vivienda ha sido un sistema de subsidios bien configurado, donde el Estado maneja de manera técnica este tema de vital importancia para los sectores menos favorecidos. El sistema de subsidios fue en primera instancia el pilar del Plan Nacional de Vivienda para Todos.

Hasta aquí la descripción y el análisis técnico, así como los beneficios que reportó, de la primera fase del Plan Nacional de Vivienda. Los cambios introducidos con posterioridad no modificaron la esencia de la cuestión social: vivienda para todos.

Tomado de Gestión de Estado. Raúl Diez Canseco Terry, Universidad San Ignacio de Loyola, Lima, 2010.

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